 
															Corregir un texto no significa quitarle su esencia. Al contrario, significa ayudarlo a brillar tal como es, sin tropiezos ni interferencias. Si has escrito un libro, relato, ensayo, artículo personal o cualquier otro texto narrativo, acompaño tu proceso con correcciones cuidadosas y adaptadas al momento en que se encuentra tu obra.
Mejora el estilo sin cambiar su esencia.
Sí, es posible. Esta es la primera corrección que recibe un texto y consiste en darle claridad, coherencia y ritmo sin borrar su voz.
Se respetan la personalidad y las peculiaridades de tu obra mientras se corrigen repeticiones, incoherencias, muletillas o estructuras que entorpecen la lectura. Es como limpiar los cristales para que entre mejor la luz.
La que limpia y da esplendor.
Corrijo erratas, ortografía, puntuación y normas tipográficas. Dejo el texto listo para que se lea con fluidez.
Esta corrección se hace solo cuando el contenido ya está cerrado. Por eso, siempre empiezo por el estilo.
Una última mirada antes de salir al mundo.
Después de la maquetación, reviso que todo esté en su sitio: márgenes, cortes de palabras, saltos de línea y pequeños detalles que, si se nos escapan, pueden arruinar la experiencia de lectura.
